martes, 15 de octubre de 2013

Cabello a la cintura…

"Mujeres peinándose" Edgar Degas
Mucho se ha dicho sobre el poder del cabello, se ha hablado, principalmente, sobre su carácter como elemento erótico. El cabello es parte fundamental de la imagen que proyecta una persona, es idiosincrático y al mismo tiempo, social. Los poetas malditos se teñían ya el pelo de verde para mostrar su inconformidad con lo establecido, las flappers de los años 20 (como Betty Boop) lo cortaron para volverse andróginas, los hombres de la revolución francesa lo recortaron para mostrar el rompimiento con el antiguo régimen, en fin, los ejemplos son infinitos, desde la cresta del punk, pasando por las dreadlocks del rastafari, hasta el cabello policromático de los Emos, el cabello refleja formas de vida y de pensar.  

En países recién salidos del sistema colonial de castas, la apariencia, el color y la procedencia social, pesan a diario, nadie lo quiera hablar, pero ahí está, latente, cotidiano. Hace años, cuando entré a la universidad me hice un corte del cual me arrepentí casi al momento del primer tijerazo, pasaron 4 años para que llegara a la longitud que tanto deseaba y en una ocasión, hallándome en un café, vi pasar a una chica de cabello muy largo y vestir sencillo. Al mirarla, mi acompañante dijo una frase que yo nunca había oído  “cabello a la cintura, chacha segura”. Me sentí ofendida. Mi cabello ya casi llegaba a ese largo. Sin embargo, me di cuenta de dos cosas: ¿cómo es que asociamos el cabello largo con las chicas de ayuda doméstica? y la segunda ¿por qué debía representar para mí una ofensa? Si en realidad pareciera sirvienta por llevar el cabello a la cintura no habría por qué apenarse ¿o sí? Después de todo, es un trabajo.

Para intentar responder la primera cuestión, diré que muchas de estas chicas vienen de comunidades rurales donde la costumbre es llevar el cabello largo, a veces más debajo de las costillas, rara vez suelto y la mayor de las veces, trenzado. Al mismo tiempo, en el imaginario, las zonas rurales suelen asociarse a la población indígena –aunque los ranchos estén poblados, mayormente, por gente “mestiza”- grupos étnicos en los que las mujeres acostumbran llevar el cabello largo y trenzado.

"Mujeres peinándose" de Diego "Doug" Rivera 
Ignoro cuál era el arreglo de las mujeres nativas de México antes de la conquista. Alguna vez, unos amigos me contaron que un profesor de náhuatl había mencionado que la palabra Malintzin, el nombre de La Malinche, quería decir “enredadera” haciendo alusión a su cabello suelto y rebelde, no lo sé, quizá lo soñé… lo cierto es que el pelo largo y trenzado es atribuido a la población indígena o rural, quienes, como ya se dijo, muchas veces se ven obligadas a emplearse en el servicio doméstico de las casas de la ciudad.
Y viene la dura reflexión, hecha hace 30 años, por José Emilio Pacheco, que los indígenas son despreciados porque, al mismo tiempo, son los pobres, los morenos, los marginados.

Lo que pretendo señalar es que la frase “Cabello a la cintura, chacha segura” no refleja más que una actitud de desprecio ante tres cosas:

-La gente indígena o de ambiente rural.
-La gente pobre.
-El trabajo físico.

Lo cual nos conduce a la segunda cuestión: el trabajo realizado casi exclusivamente por la fuerza física y su estigmatización negativa. Es posible que lo que haga que estas labores se vean tan menospreciadas sea la falta del paso por la educación formal, como si no implicaran un esfuerzo, consumo de energía y gasto de tiempo, tal como el resto de los trabajos. En este campo otro gremio tan vejado y con un imaginario tan elaborado como el de la ayudanta doméstica, es el del albañil, oficio y ocupación desdeñada porque quien lo desempeña es la gente pobre y no es necesaria la instrucción formal, como si cualquier civil tuviera el conocimiento para levantar una pared.
En fin, el lenguaje y sus intenciones nunca son ingenuos, antes de emplear  frases por el estilo, habría que reflexionar sobre su verdadero significado, el mensaje que transmite: establecer barreras y estatus. Aborrecer a quien no tuvo oportunidades.

Despreciar, aunque sea de soslayo, a alguien cuyo arreglo pudiera denotar el desempeño de un trabajo humilde, en un país donde la mayoría tenemos que partirnos la espalda para subsistir, es una abierta contradicción.
 [Todos somos uno :9]. 

3 comentarios:

  1. Y también es como algo preciado tener el cabello largo y no sólo en la lucha libre, que se apuesta la cabellera en caso de no usar máscara. Recuerdo que a los ladrones que son sorprendidos en los mercados o en los pueblos se les golpea y los rapan para indicar su situación como criminales y así segregarlos. Creo que hay muchos casos en donde cortar el cabello es como una señal de agresión, una forma de violentar contra las personas. Otro asunto es el cabello largo en los hombres, en especial los que no tienen una filiación tan cercana a los pueblos originarios de América. Muy buen artículo, jiji a todos nos resulta fácil "ofender" y "ofenderse" con las palabras "Chacha" y "albañil".

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  2. ¡Cómo de una sola frase se desprende tanto! En efecto, con el lenguaje se construye realidad, pero la construcción es histórica y social, lo que implica relaciones de poder, jerarquizaciones y diferenciaciones sociales (¿quién y desde dónde se nombra?) Tu artículo me puso reflexionar sobre varias cosas: me pregunto sobre los significados del cabello en las comunidades rurales-indígenas (o como se le quiera llamar), porque el ejemplo que pones es en el contexto citadino, quiénes lo usan a trenza y largo allá, qué pasa con los jóvenes, con los que salen, y las modas?? los que migran? Tiene que ver con contextos culturales diferentes o con relaciones de género al final de cuentas (pensando en que esto del cabello largo para niñas, cabello corto para niños, por ejemplo, es algo que todavía persiste en muchos casos). También me puse a pensar en la complejidad de los significados en torno a los tipos de cabello y su relación con las modas (los cabellos alisados siempre han gozado de más "estatus" dentro de la moda, a las "chinitas o rizadas" se les ha relagado, existe alguna relación con los rasgos fenotípicos?)...
    Felicidades por el artículo
    Van muchos abrazos

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    1. Con respecto al cabello liso visto como más chic, pienso que los rasgos fenotípicos han tenido gran peso en ciertos momentos históricos y en ciertos lugares, tomemos el caso de Morelos, que se ponía una pañoleta para ocultar su ascendencia mulata, ello está muy claro en los billetes, la imagen de este personaje esta desprovista de cualquier rasgo afro y cada día se parece más a Juan Gabriel (con perdón del señor, verdad).

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